Los lubricantes sintéticos representan una evolución tecnológica, ya que se trata de aceites creados a partir de síntesis química, en lugar de ser derivados del petróleo crudo como los convencionales.
Surgieron de la necesidad de dar respuesta a desafíos específicos en la industria, como temperaturas extremas, altas cargas y condiciones ambientales adversas.
Los avances en la química de polímeros y la ingeniería de procesos han impulsado el desarrollo de estos lubricantes con propiedades superiores y una vida útil más larga, que los tradicionales.
¿Qué hace diferente a los lubricantes sintéticos?
La primera diferencia ente unos y otros aceites radica en su proceso de refinado. Los lubricantes convencionales son derivados directos del petróleo, mientras que los sintéticos se procesan en laboratorio mediante síntesis química bajo condiciones específicas. Están diseñados para el uso que se les pretende dar, lo que redunda en unas mejores condiciones técnicas.
Moléculas uniformes: los aceites sintéticos tienen moléculas de tamaño y forma más uniformes, lo que les otorga propiedades superiores de lubricación y protección.
Resistencia a temperaturas extremas: estos lubricantes mantienen su viscosidad y fluidez en un rango más amplio de temperaturas, desde el frío extremo hasta el calor intenso.
Mayor resistencia a la oxidación: son más resistentes a la degradación y la formación de depósitos, lo que prolonga su vida útil.
Aditivos especializados: pueden incorporar aditivos específicos para mejorar su rendimiento en aplicaciones exigentes.
Tipos de lubricantes sintéticos
Los aceites sintético industriales se pueden clasificar en diferentes categorías según su composición química y características de rendimiento:
Polialfaolefinas (PAO): son los sintéticos más comunes. Ofrecen una excelente resistencia a la oxidación, la viscosidad y la temperatura. Son compatibles con la mayoría de los aditivos y sellos.
Hidrocarburos sintéticos (HC): similares a los aceites minerales, pero con una estructura molecular más uniforme. Ofrecen buena lubricidad y protección contra el desgaste.
Ésteres: son derivados de ácidos grasos y alcoholes, estos lubricantes son biodegradables y no tóxicos. Tienen una excelente capacidad de carga y propiedades de extrema presión.
Siliconas: formulados a base de polímeros de silicona, estos aceites son resistentes a altas temperaturas y condiciones extremas. Reúnen propiedades repelentes al agua y dieléctricas, por lo que se utilizan en aplicaciones que requieren propiedades especiales, como la industria aeroespacial y electrónica.
Poliglicoles (POG): solubles en agua y no tóxicos, estos lubricantes sintéticos ofrecen buena resistencia a la oxidación y la corrosión. Se emplean en sistemas hidráulicos y aplicaciones que necesitan un producto soluble en agua.
Ventajas de los lubricantes sintéticos vs convencionales
Los lubricantes sintéticos ofrecen una serie de ventajas con respecto a los convencionales, entre las que podemos destacar las siguientes:
Excelente viscosidad a temperaturas extremas: mantienen su viscosidad en un amplio rango de temperaturas, lo que garantiza una lubricación efectiva incluso en condiciones de frío extremo o calor intenso.
Reducción de fricción y desgaste: su formulación avanzada reduce la fricción y el desgaste, lo que mejora la eficiencia de los equipos y prolonga la vida útil de los componentes.
Compatibilidad ambiental: suelen ser biodegradables y menos tóxicos que los aceites minerales, lo que reduce el impacto ambiental, cumple con regulaciones más estrictas sobre el manejo de residuos y la protección del medio ambiente.
El desarrollo de los lubricantes sintéticos ha tenido un impacto significativo en diversos sectores industriales, tales como el automotriz o agricultura, al ofrecer un rendimiento superior, una protección más duradera y una mayor eficiencia en comparación con los aceites tradicionales a base de minerales.
En un panorama industrial cada vez más exigente y consciente del medio ambiente, los lubricantes sintéticos representan una opción viable y sostenible para mejorar el rendimiento, la fiabilidad y la eficiencia operativa.
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