Elegir los lubricantes para rodamientos es una decisión que no se debe tomar a la ligera. Se trata de elementos que aseguran un movimiento suave y controlado de las cargas y los pesos, una función que ‘obliga’ a seleccionar los productos indicados para su lubricación.
Los rodamientos ayudan a separar las superficies metálicas, minimizando la fricción y permitiendo la trasmisión de movimiento. Para que el funcionamiento del rodamiento sea óptimo es fundamental ‘controlar este rozamiento’, de ahí la importancia de elegir lubricantes de calidad y adecuados al desempeño de estas piezas.
Hay diferentes tipos de rodamientos en función de su uso: rodamientos de agujas, para altas cargas radiales y nulas cargas axiales, rodamientos de rodillo cónicos o cilíndricos, rodamientos combinados… Todos tienen en común que la transmisión de movimientos y cargas se realiza siempre a través de elementos rodantes, dispuestos entre anillos o discos de rodadura.
Su aplicación es muy diversa y se emplean, por ejemplo, en turbinas eólicas o ejes con ruedas. Las condiciones de operación fiables y seguras y la vida útil de los rodamientos depende, en gran medida, del mantenimiento que se realice en términos de lubricación.
Por eso es esencial que la elección del lubricante sea la mejor, dado que el engrase permite:
- Reducir la fricción.
- Aumentar el nivel de las superficies deslizantes, lo que ocurre en el momento de la deformación de los elementos debido a una mayor carga.
- Crear una fina película de aceite para aminorar las cargas de impacto.
- Repartir uniformemente el calor que se origina por la fricción de los elementos.
- Proteger las piezas contra la corrosión.
- Amortiguar el ruido de funcionamiento.
- Evitar la acumulación polvo u otros elementos contaminantes.
Criterios para elegir el lubricante para rodamientos más adecuado
En el mercado hay una amplia variedad de lubricantes, lo que hace más difícil la selección del producto adecuado. Además, los sistemas de rodamientos son cada vez más complejos y tienen nuevas exigencias, por lo que a la hora de seleccionar las grasas hay que tener en cuenta las condiciones de funcionamiento de los rodamientos.
En este sentido, hay factores que no se pueden pasar por alto y que ayudan a determinar qué producto es el más indicado para la lubricación de los rodamientos. Por ejemplo, la grasa para rodamientos de alta temperatura, si opera a bajas temperaturas, puede espesar y endurecerse rápidamente. De lo contrario, si se usa un lubricante en el mecanismo, cuyo umbral de temperatura excede sus capacidades, el fluido se seca y se quema.
Antes de adquirir un producto, debemos revisar:
- La temperatura real del servicio del rodamiento.
- La viscosidad del aceite base (valor kappa) del lubricante en la aplicación.
- Factor de velocidad que tendrá que soportar la grasa o aceite lubricante.
- Condiciones de carga (C/P) del rodamiento.
- Consistencia del producto.
- El tipo y tamaño del rodamiento.
- La presencia de agua o humedad.
Un ejemplo claro de cómo estas variables influyen en la elección indicada del lubricante son los rodamientos que se emplean en la industria siderúrgica y la automoción. En siderurgia, el producto debe operar en cargas muy elevadas y a bajas velocidades. En cambio, en la industria de la automoción las piezas trabajan en temperaturas altas de hasta 180 ºC o bajas de hasta -40 ºC.
La temperatura es uno de los indicadores más importantes a tener en cuenta en la selección y uso de los lubricantes para rodamientos. En ausencia de una fuente de calor externa, la fricción que se genera en el rodamiento puede oscilar entre 35 a 70ºC. Además, el calor o frío exterior también afecta al rodamiento y hace que la temperatura real de servicio del lubricante aumente o disminuya.
La cantidad del lubricante importa
Por tanto, saber qué lubricante debemos emplear es clave para garantizar la buena lubricación de nuestros equipos. Pero, además, en este plan de lubricación de los rodamientos, hay que definir la cantidad que se debe aplicar, dado que sobre-engrasar o no engrasar lo suficiente pueden originar serios problemas en nuestras aplicaciones.
Un exceso de lubricación del rodamiento puede generar calor por la fricción de la propia masa lubricante. Debido a que la grasa no enfría, no transfiere calor, el calor no tiene a dónde ir y puede comenzar a degradar oxidando la grasa.
Por otro lado, la falta de engrase genera el efecto contrario debido al rozamiento en seco de las partes móviles rodantes. Además, el vacío dentro del alojamiento para la grasa del rodamiento, permitirá que la contaminación ingrese a las zonas de carga, lo que dañara las partes rodantes.
En resumen, es imprescindible contar con una adecuada lubricación y utilizar los productos adecuados para
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