Las grasas lubricantes están diseñadas para cumplir con determinadas funciones en cuanto a la lubricación de equipos. Dadas las características que tienen, hay aplicaciones en las que son más indicadas su uso en comparación con el aceite.
Son productos cuya formulación, mezcla compuesta de aceite lubricante, espesante y aditivos, permite reducir la fricción mecánica, el desgaste y la corrosión.
Por ejemplo, cuando hay que proteger un punto de fricción durante un periodo más prolongado, es recomendable el empleo de grasas lubricantes. ¿El motivo? Además de ofrecer una buena lubricación, forma una barrera protectora frente a agentes externos, como el agua, la humedad y la contaminación.
Generalmente, las grasas lubricantes se agrupan según su grado de fluidez y/o consistencia, pero también pueden clasificarse en función de los elementos que dominen la composición.
De ahí que se hable de grasas minerales, sintéticas, inorgánicas, líticas, complejas, de sulfonato o totalmente sintéticas, dependiendo si están basadas en aceite mineral, en aceite sintético o del tipo de jabón espesante que le de características significativas en su rendimiento mecánico.
Las propiedades de las grasas hacen que, en ocasiones, su uso ofrezca más ventajas que el aceite. A la protección contra la corrosión o el desgaste, se añade su mayor adherencia; capacidad de sellado; superior lubricación frente a altas cargas y bajas velocidades; contar con un más amplio rango de temperaturas de operación; y su efectividad para la absorción de ruido y vibraciones.
No obstante, también se dan situaciones en las que las grasas lubricantes no representan la mejor solución para la lubricación de las aplicaciones. Es el caso de mecanismos que necesitan que el calor salga a través del lubricante; en regímenes de velocidad muy altos, cuando se requiere un lubricante dinámicamente muy ligero; o en aquellos equipos en los que es necesaria la eliminación de partículas contaminantes.
¿Cómo escoger la grasa lubricante adecuada?
A la hora de elegir la grasa lubricante adecuada, hay que tener en cuenta una serie de factores que ayudan a tomar la decisión final. Cada grasa lubricante tiene una serie de propiedades que determinan su viscosidad, consistencia, capacidad para prevenir la fricción, reducir el desgaste, proteger de la corrosión y oxidación, mantener la movilidad y evitar que el agua u otros contaminantes entren en el equipo.
Conocer las propiedades de las grasas y lo que ofrece, ayuda a la hora de tomar la decisión.
Aceite base
Mineral, sintético o vegetal, ¿cuál elegir? El rendimiento de la grasa depende del aceite base. Se considera que los sintéticos dan mejores resultados en cuanto a rendimiento, protección, temperatura y resistencia al aire libre, así como buena estabilidad al cizallamiento.
Aditivos
Los aditivos se emplean para potenciar las características y cualidades de las grasas lubricantes. Los habituales son los antidesgaste y anticorrosivos; inhibidores de oxidación; los de extrema presión; o los sólidos insolubles, que ofrecen un plus de protección contra el desgaste.
Espesante
Una de las principales cualidades de las grasas es el espesante, que permite que todos los componentes de la grasa se adhieran mejor, aumentando así la eficiencia general del producto final.
Los jabones simples y los complejos son los tipos de espesantes más comunes y están compuestos de litio, calcio, aluminio, sodio y bario.
Consistencia
La consistencia es una propiedad que fue definida por el Instituto Nacional de Grasas Lubricantes (NLGI) y determina el nivel de suavidad o dureza de cada grasa.
Cada grasa tiene un número NLGI específico que va de 000 a 6. Estos grados NLGI expresan el nivel de consistencia que tiene cada grasa. Por ejemplo, la NLGI grado 000 hace referencia a una grasa completamente fluida; la NLGI grado 0 es muy suave; la NLGI 1 es blanda; la NLGI 2 se considera normal; la NLGI 3 es firme; y la NLGI 6 se define como una grasa muy dura.
Viscosidad
La viscosidad del aceite base del que se compone la grasa, es el que le da la propiedad que determina la capacidad que esta tiene para permanecer estable y, por tanto, ofrecer una protección eficaz contra la fricción. Cuanto más viscosa sea, la grasa ofrece más estabilidad cuando se expone a cargas pesadas y lentas, mientras que una viscosidad más baja es la adecuada para aplicaciones de alta velocidad.
Por lo tanto, saber qué grasa lubricante debemos emplear es clave para garantizar una buena lubricación de nuestros equipos.
Distribuidor de grasas lubricantes en Andalucía y Extremadura
En LUFILSUR, comercializamos grasas lubricantes para diferentes aplicaciones industriales. Además, ofrecemos un servicio de asesoramiento para conseguir el mejor rendimiento del producto y, por tanto, de la maquinaria.
Si tienes interés en ampliar información sobre nuestra gama de grasas, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. Te recordamos que distribuimos lubricantes y filtros industriales en Andalucía y Extremadura y prestamos atención directa en Sevilla, Córdoba, Cádiz y Huelva.