En su día a día, los talleres mecánicos y de automoción generan una importante cantidad de residuos. Por ello, es necesario que cuenten con un plan de gestión eficiente que evite la contaminación generada por esos residuos y ayude a mantener limpio el espacio de trabajo para mayor seguridad de los operarios.
En la gestión de residuos generados en el taller podemos distinguir dos tipos contaminantes: sólidos y ambientales.
Los residuos sólidos se agrupan en tres tipos:
- Residuos peligrosos o tóxicos. Con peligrosidad alta para operarios y entorno. Por ejemplo: baterías, pinturas, aerosoles, airbags, aceites de motor o líquido de frenos.
- Residuos contaminados. Son aquellos que por su naturaleza no son peligrosos, si bien, al ser utilizados, quedan impregnados por otras sustancias que sí lo son. Aquí encontramos el papel manchado de aceite, grasa o pintura, los trapos y los filtros usados.
- Residuos inertes o no peligrosos. Entre ellos podemos destacar los neumáticos o vídeo.
Por su parte, los contaminantes ambientales pueden ser acústicos y de emisiones atmosféricas:
- Contaminantes acústicos. Debido al ruido generado por el empleo de herramientas y equipos que emiten un sonido en decibelios elevado, como así ocurre al emplear una radial o con el golpeo constante de placas de metal.
- Emisiones atmosféricas. Generadas en forma de gas, como así ocurre con las nieblas generadas en los procesos de pintado, o los humos de escape del vehículo mientras está encendido en el taller.
Gestión de residuos contaminados
Dentro de los residuos sólidos contaminados, prestamos especial atención al empleo de los trapos de uso frecuente al trabajar con maquinaria.
Los trapos son necesarios para eliminar la suciedad de las herramientas, grasa o aceite de la maquinaria o en la limpieza de las manos por el operario.
De igual forma, su uso es imprescindible en el montaje y desmontaje de piezas y herramientas, pues es frecuente encontrar papel, toallas o trapos en las papeleras de uso común o en otros lugares inadecuados.
¿Cómo almacenar los residuos contaminados?
Este material contaminado se puede almacenar en bidones u otros contenedores industriales, aunque deben estar correctamente etiquetados y ser de fácil acceso para garantizar su uso.
Este contenedor facilita el proceso y reduce el riesgo de incendios y contaminación. La empresa es la responsable de poner estos contenedores a disposición de los trabajadores e impartir formación sobre su uso, así como disponer de procedimientos documentados para garantizar la correcta ejecución.
Una vez almacenados los residuos deben completarse su eliminación. Así, se determinará si el material es peligroso, si contiene líquidos y debe almacenarse en otro contenedor diferente o si deben separarse el líquido de los trapos.
En el caso de los filtros de aceite usados puede vaciarse su contenido y eliminarlo como residuo no peligroso siempre que se hayan eliminado los restos de aceite acumulados en el filtro.
En el caso de trapos con residuos de aceite es necesario extremar las precauciones, pues estos restos pueden envejecer y oxidarse, aumentando la temperatura. Con temperaturas suficientemente altas esta oxidación puede incendiar el material por combustión espontánea y poner en peligro la seguridad de las instalaciones y los trabajadores.
En el trabajo en el taller no podemos descuidar la seguridad de operarios e instalaciones. El almacenamiento y gestión de residuos contaminados como filtros o trapos garantizan el buen funcionamiento y previenen la contaminación cruzada reduciendo el riesgo de incendio y otros accidentes.
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