Los aceites lubricantes son un tipo de residuo industrial que, si no se gestiona adecuadamente, pueden causar problemas. Estos aceites pueden contener metales pesados, sustancias químicas y otros componentes tóxicos que pueden causar daños al medioambiente y la salud de las personas.
Una correcta gestión de estos residuos implica una recogida selectiva del aceite usado, su almacenamiento en contenedores adecuados, el transporte seguro a plantas de tratamiento autorizadas y la posterior regeneración o eliminación conforme a la normativa vigente.
Se trata de unos procesos que deben llevar a cabo empresas especializadas, que cuenten con los permisos y conocimientos necesarios. Todo esto conlleva una serie de gastos que, sumado a los costes relacionados con la producción de los lubricantes, influyen en el precio final de producto.
Recordemos que el sector de los lubricantes industriales está sujeto a la denominada Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP), que repercute a los fabricantes e importadores de aceites la financiación de la gestión de los residuos generados por los productos que comercializan.
Reducción del RAP
En el contexto actual, con la subida generalizada de precios, la preocupación por el impacto medioambiental y una creciente conciencia sobre la importancia de la gestión de residuos cabe destacar la iniciativa anunciada por Sistema Integrado de Gestión de Aceites Usados (SIGAUS).
Esta entidad ha decidido reducir, en más de un 16%, la aportación que hacen sus empresas adheridas, tarifa con la que se financia la gestión del aceite usado y que repercute en estas compañías y en el consumidor final.
Según se informa en la página web de esta entidad, desde el 1 de enero de 2024, quienes compran aceites industriales abonan 0,05€ por cada kg adquirido, en lugar de los 0,06 € que venían pagando hasta 31 de diciembre de 2023, pasando la aportación de 60 a 50€/t.
Esta medida se traduce en que, por ejemplo, “en el cambio de aceite de un turismo, estimando la compra de unos 4 kg de aceite nuevo, el coste destinado a la gestión del aceite usado pasará de 24 a 20 céntimos”.
En el número 20 de Lubricantes news de ASELUBE, Eduardo de Lecea, director general de SIGAUS y GENCI, explicaba que esta rebaja aplicada por el Consejo de Administración tiene como objetivo paliar la inflación y mitigar sus efectos en la economía y los consumidores. “Esta reducción de cerca de un 17%, en un momento de subidas generalizadas de precios, ha sido posible gracias a los diferentes mecanismos que en SIGAUS hemos puesto en marcha para garantizarla máxima eficiencia en la financiación de las operaciones de gestión”.
En este sentido, SIGAUS destaca que “esta reducción acentúa el hecho de que en España la contribución que se requiere para la gestión del aceite industrial usado es sensiblemente inferior a la de sistemas de gestión similares en Europa, como son el de Francia o Italia, donde en 2023 la aportación ha estado fijada en 89 €/t y 70 €/t respectivamente”.
En la siguiente imagen, podemos ver una comparativa de los precios de los sistemas de RAP de aceites usados que operan en Europa.
Imagen de SIGAUS
España, la tarifa más ajustada de Europa de los SCRAP
Según señala SIGUAUS, la tarifa que han aplicado es “la más ajustada entre los países europeos con sistemas comparables por nivel de servicio, como son Italia y Francia. Los tres sistemas garantizan la recogida gratuita para los generadores del residuo y financian los posibles déficits de la totalidad de la cadena de gestión, desde la recogida al tratamiento final, pero respetando el libre mercado entre los agentes de dicha gestión”.
De entre los modelos comparables, estos datos revelan que la entidad española cuenta con la tarifa más ajustada de Europa de los Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP), que son un conjunto de medidas y herramientas que buscan incentivar la recogida, gestión y valorización de residuos.
En el contexto económico actual, medidas como esta, permiten mantener la operatividad en el sector del lubricante y, en el caso de SIGUAS, atender las necesidades económicas de sus colaboradores.