Evitar la corrosión gaseosa en espacios interiores es posible gracias a los sistemas de filtración. Su función permite mejorar de la calidad del aire y, con ello, proteger la salud de los profesionales, los productos, los procesos y las instalaciones más delicadas.
Algunas industrias cuentan con salas para el almacenamiento de sus sistemas eléctricos y electrónicos, las cuales se convierten en entornos agresivos que pueden propiciar la aparición de gases corrosivos, afectando estas instalaciones. Este escenario se puede evitar implementando un sistema de filtrado del aire como el recomendado por la norma ISA-S71.04-1985.
Los filtros eliminan sustancias y gases nocivos para el medio ambiente, evitando la corrosión que causan estos elementos. De esta forma, en muchas industrias es necesario preservar los equipamientos electrónicos del peligro que supone la corrosividad ambiental, del mismo modo que se protege del fuego, vibraciones, interferencias, humedad o subidas de tensión y temperatura.
La corrosión gaseosa ataca a los terminales de conexión, conectores o elementos de los circuitos integrados, lo que lleva a aumentar la resistencia al paso de la corriente por dichos elementos Esta situación provoca, entre otros efectos, sobrecalentamiento, generando importantes gastos en mantenimiento y pérdidas de producción.
Para evitar estos problemas de corrosión gaseosa, una de las soluciones técnicas más eficaces pasa por la presurización de las salas eléctricas con aire filtrado químicamente.
Principales causas de la corrosión gaseosa
La corrosión gaseosa se produce por la reacción química de compuestos gaseosos sobre algunos metales, que provocan el deterioro del propio metal y la pérdida de sus propiedades.
Este ataque se produce en su primera etapa en la capa exterior del metal, cuando la humedad disuelve los gases del ambiente y recubre el metal. Esta corrosión se acentúa cuando por el metal recubierto de dicha humedad ácida, la recorre una corriente eléctrica.
En ese momento se crea una especie de célula electrolítica, que descompone el metal en forma de sales conductoras de electricidad que, por efecto de la corrosión, provocan cortocircuitos.
¿Cómo medir y evitar la corrosión gaseosa?
La Instrument Society of America (ISA) elaboró en el año 1985 los Estándares que definen la corrosividad del ambiente, en función de los Angstroms de corrosión, que se acumulan en una placa de cobre, durante el plazo de 30 días y la relacionan con el efecto producido sobre la electrónica. Estos estándares son los S71.04-1985.
Actualmente, la normativa europea RoHS (Restriction of Hazardous Substances), según la directiva 2002/95/CE, limita el uso de sustancias peligrosas como el plomo, reemplazado por plata, mucho más sensible al ataque de la corrosión ambiental.
Para evitar y controlar la corrosión gaseosa, la filtración química en unidades de tratamiento de aire es la mejor opción. El filtrado consta de tres fases:
- Adsorción de los contaminantes (aplicando permanganato potásico).
- Disolución de los mismos en las pequeñas gotas de agua.
- Reacción química instantánea e irreversible con el impregnante químico.
Esta reacción química cambia la naturaleza del compuesto corrosivo convirtiéndolo en una sal inocua que se almacena en la estructura porosa del adsorbente.
De igual forma, los equipos utilizados incorporan varias etapas de filtración para asegurar que el polvo no obture los poros del adsorbente químico, y no llegue al interior de la sala eléctrica.
Cada instalación requiere un estudio para conocer qué gases y concentraciones intervienen, y establecer la mejor solución.
En LUFILSUR contamos con soluciones filtrantes que dan respuesta a las necesidades globales de cualquier ambiente y en las condiciones que cada negocio requiera. Si necesitas asesoramiento para conseguir la mejor filtración, no dudes en ponerte en contacto con nosotros y buscaremos la mejor solución.