Esta es una pregunta que está rondando en mi cabeza desde hace meses y a la que no consigo darle una explicación. Si contrasto la radiografía que dibujan los medios de comunicación, con la información que recibo de proveedores y el día a día que percibo en mis clientes… Hay algo que no me cuadra y quiero compartirlo con vosotros.
2021 cerraba con los precios industriales por las nubes y con una subida del 35,9% interanual, la tasa más alta desde 1976. Meses después, la tendencia sigue al alza. El índice de precios de producción industrial de la zona euro registró el pasado mes de abril una subida del 37,2% respecto del mismo mes de 2021, frente al 36,9% de marzo, lo que supone el mayor incremento interanual de toda la serie histórica, según los datos que publicados por Eurostat.
Los precios industriales continúan pulverizando récords y, a los problemas que veníamos arrastrando de la crisis sanitaria de la covid-19, se suman nuevas dificultades. Escasez de materias primas, rotura de la cadena logística, falta de suministros, huelgas en los puertos asiáticos, problemas de abastecimiento, encarecimiento de la energía, carburantes a precio de oro, retrasos de producción… Y si todo esto no fuera suficiente, la guerra de Ucrania-Rusia añade un plus más a la situación actual.
¿Es real la falta de materias primas? ¿Pueden las empresas soportar por mucho más tiempo las reiteradas subidas de precios de los últimos meses? ¿Tiene la guerra de Ucrania-Rusia la culpa de todo? ¿Hay que diversificar las fuentes de suministro y buscar alternativas más ‘cercanas’?
En el ámbito de los lubricantes industriales, la crisis de materias primas está retrasando los procesos de fabricación de aceites y grasas, dilatando los plazos de entrega de suministros y productos e incrementando los precios de muchos de estos lubricantes. Mi duda es, ¿se trata de un problema real o provocado por los productores de estas materias primas, en connivencia con las multinacionales?
La guerra Rusia-Ucrania ha desajustado el ya difícil equilibrio de oferta y demanda de muchas commodities a nivel mundial, pero antes de la irrupción de este conflicto bélico, el mercado ya estaba incrementando el precio de los productos. Por tanto, la contienda no puede tener la culpa de todo.
Un clima de inseguridad e incertidumbre en las empresas
En mi ámbito profesional, compruebo cómo a las empresas les resulta imposible actualizar en tiempo y forma las subidas tan continuadas. El encarecimiento de la energía, del combustible, materias primas… Siguen con su actividad industrial, asumiendo costes que, a mi juicio, resultan imposible de mantener por mucho tiempo. ¿Qué está ocurriendo realmente?
Desde mi punto de vista, esta situación crea incertidumbre e inseguridad en las empresas que van ‘salvando los muebles’ del día a día, sin pensar en el mañana. Me resisto a pensar que una fábrica pueda tener una perspectiva de futuro, si mantiene sus precios y no los modifica al ritmo que lo están haciendo las grandes multinacionales de las que dependen para el suministro de materias primas, por ejemplo.
¿Cómo están afrontado la situación los departamentos de compra? Me explico. Si previamente has negociado unos precios con tus proveedores y, de repente, se encarecen estos productos y los necesitas para continuar tu actividad, ¿qué están haciendo los departamentos de compra, aceptarlo sin más?
Para los equipos comerciales, el contexto tampoco es fácil. Se están creando situaciones incómodas y complicadas, como la de tener que vender ‘productos’ sin las garantías de que vaya a ser entregado a tiempo, bien por problemas de abastecimiento o de logística. En estos casos, estos profesionales están poniendo en juego dos pilares fundamentales en las relaciones comerciales: la credibilidad y honestidad ante el cliente.
Lo que veo a mi alrededor es un ‘dejarse llevar’. Empresas que levantan la persiana cada día, que tienen cargas de trabajo, pero que no pueden sacar la producción al completo porque los costes son superiores al precio de venta que negociaron con sus clientes. Entidades que mantienen su volumen de facturación sí, pero vendiendo menos unidades y con un beneficio mucho más bajos.
Buena parte de las tensiones futuras de los precios en el sector industrial dependerá de la estrategia que adopten las empresas, es decir, si van a optar por trasladar en mayor o menor medida estos costes a sus productos finales, conteniendo de este modo parte de sus márgenes.
Y vosotros, ¿qué pensáis de todo esto? ¿Seguirá esta tendencia al alza de los precios? ¿Cómo estáis haciendo frente a esta subida continuada de precios en vuestro negocio?
