La corrosión en los procesos industriales puede ser un auténtico problema, por eso hay que hacerle frente, dado que cada vez más implica un incremento de costes con pérdidas de piezas fabricadas, re-procesos de materiales, sobrecostes de transporte, imagen….
El proceso de corrosión es natural y espontáneo. Y una vez que aparece requiere de una revisión completa de maquinaria que ayude a controlar y re-definir los procesos de fabricación, mantenimiento y calidad.
¿Podemos prevenir este fenómeno? Sí, recurriendo la aplicación de recubrimientos específicos para este tipo de superficies. Veámos qué factores influyen en la oxidación del metal.
¿Qué es la corrosión?
La corrosión se define como el deterioro de un material por un ataque electroquímico ocasionado en su entorno. Dicho de otra forma, es la reacción electroquímica entre el metal y el medio en el que se encuentra (agua, humedad), que provoca un deterioro del material.
Los factores más conocidos por los que se produce la corrosión en los procesos industriales son las alteraciones químicas de los metales a causa del aire, como la herrumbre del hierro y el acero o la formación de pátina verde en el cobre.
Cuando la corrosión está originada por una reacción electroquímica (oxidación), la velocidad a la que evoluciona depende de factores como la temperatura, la salinidad del fluido en contacto con el metal y las propiedades de los metales en cuestión.
Tipos de corrosión
Según el metal con el que trabajemos, la corrosión puede ser distinta. Así, los tipos de corrosión más comunes son:
Corrosión general: es la forma más común de daño corrosivo que ataca toda la superficie de un metal y es causada por reacciones químicas y electroquímicas.
Corrosión localizada: este tipo de corrosión ataca sólo a porciones de la estructura metálica. Este tipo de corrosión a su vez puede dividirse en tres:
- Corrosión por picadura: suele ocurrir al acero inoxidable cuando se forman pequeños agujeros en el material.
- Corrosión por hendidura: tiene lugar en espacios donde se puede encontrar un líquido estancado.
- Corrosión filiforme: provocada por el agua que se encuentra debajo de revestimientos como la pintura genera debilidad en las estructuras.
Corrosión galvánica: este tipo de daño se produce cuando dos metales distintos se encuentran en contacto y dentro de un medio (líquido) como el agua salada.
La corrosión es un problema industrial que puede provocar la degradación de la producción, y por tanto un coste importante para las empresas.
Contar con una atmósfera del lugar de almacenaje controlada nos ayudará a impedir su aparición, pero sin duda lo más efectivo es proteger el metal con una película que lo aísle del ambiente.
Una buena opción pasa por la aplicación de recubrimientos de grasa o aceites sobre las superficies metálicas para mantenerlas lubricadas y lejos de los efectos nocivos de los ambientes favorables a la corrosión.
Si necesitas asesoramiento para una prevención eficaz de la corrosión en tu maquinaria, no dudes en contactar con nosotros y estaremos encantados de ayudarte.
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