La contaminación del aceite hidráulico es posiblemente el punto más débil de cualquier sistema hidráulico. El 70-80% de los fallos se pueden atribuir a la presencia de contaminantes en el fluido. Por tanto, la contaminación representa toda una amenaza para estos sistemas y es una de las causas más comunes de las averías que se originan en estos mecanismos.
El aceite hidráulico juega un papel fundamental en la protección y buen funcionamiento de estos sistemas. Combate la fricción que causa el desgaste dentro del sistema. Este desgaste genera corrosión, que poco a poco va dañando el funcionamiento del sistema de la máquina hasta que termina por estropearlo por completo.
El aceite hidráulico es necesario para la transmisión de energía en estos sistemas y tiene la función de:
- Transmitir potencia.
- Lubricar las partes en movimiento.
- Disipar calor o refrigerar.
- Sellar los espacios libres entre elementos.
Los contaminantes que se cuelan pueden provocar fallos en los sistemas hidráulicos y tener efectos catastróficos, de ahí que sea tan importante tomar medidas para evitarlo.
La presencia de partículas insolubles generan la acumulación de lodos. Estos gránulos pueden originarse dentro del sistema durante su funcionamiento (por ejemplo, debido al desgaste y fricción de los bordes metálicos) o entrar desde el exterior a través de grietas o fugas.
Por su parte, los contaminantes sólidos, presentes en los fluidos hidráulicos, pueden alojarse en rincones y fisuras del sistema, ocasionando bloqueos o interfiriendo en el funcionamiento de las válvulas, por ejemplo.
Fuentes de contaminación del aceite hidráulico
La contaminación del aceite hidráulico puede estar causada por partículas diminutas que impiden que el fluido trabaje adecuadamente. La oxidación es otra fuente de contaminación. Se origina por medio del aire, el agua o el calor, tanto en el interior como en el exterior de la maquinaria.
Contaminación por aire
La formación de espuma suele ser una señal de contaminación por aire en el aceite hidráulico. Afecta a la compresibilidad del fluido y, dependiendo del grado de contaminación, puede afectar a la eficiencia de la maquinaria.
Para reducir este riesgo, es fundamental proteger el aceite hidráulico. No dejarlo expuesto durante el almacenaje o mantener cerrado el sistema cuando se realizan tareas de mantenimiento, son medidas que evitan esta contaminación.
Contaminación por agua
El agua está presente en el entorno y la humedad es otra fuente de contaminación de los aceites hidráulicos. Si el fluido presenta un aspecto lechoso, ¡ojo! Este es un síntoma de contaminación por agua. Al igual que el aire, afecta al volumen del fluido y eficiencia del sistema, pero también reduce la capacidad de lubricación del aceite y puede generar lodos.
Una de las consecuencias más peligrosas que entraña este tipo de contaminación es la oxidación y corrosión, que pueden provocar daños irreversibles.
Para evitar estos problemas, es recomendable mantener el sistema hidráulico cubierto y asegurarse de que el aceite almacenado no esté expuesto a la humedad del aire.
La contaminación por aire y por agua pueden afectar gravemente a la duración del ciclo y el rendimiento del equipo.
Contaminación química
La degradación química es la segunda fuente más común de contaminación de este tipo de fluidos. El aceite hidráulico es un químico y los químicos se degradan de manera natural con el tiempo. Este proceso se acelera cuando hay un exceso de calor o presión en el fluido. Cuando estos fluidos se descomponen en otros componentes químicos, esos químicos secundarios pueden afectar al sistema hidráulico.
Para hacer frente a esta contaminación, es importante seguir al dedillo las instrucciones del fabricante, en cuanto a tareas de mantenimiento y los intervalos de tiempo recomendados para cambiar el fluido.
Contaminación por partículas externas
La contaminación por partículas sólidas procedentes de ambientes polvorientos pueden reducir drásticamente la vida útil de los componentes mecánicos, principalmente porque esta contaminación aumenta el desgaste y disminuye la eficiencia del sistema hidráulico.
Este tipo de contaminación es responsable de gran parte de los daños visibles en los mandos finales y los motores hidráulicos. Generalmente, la arena, los sedimentos, el polvo o el hollín llegan al sistema hidráulico a través de sellos con fugas o falta de filtración del respiradero. Como regla general, si se cambia una manguera, es recomendable sustituir también el filtro y el fluido hidráulico.
Consecuencias de la contaminación del aceite hidráulico
Como podemos comprobar, la presencia de agentes externos en el aceite hidráulico representa una auténtica amenaza para el sistema y puede causar problemas como:
- Creación de lodo que afecta a la viscosidad del aceite.
- Disminución de la capacidad de lubricación.
- Reducción de la velocidad del sistema debido a la acumulación de contaminantes en zonas de unión.
- Incremento de las posibilidades de sufrir congelaciones cuando bajan las temperaturas.
- Aceleración de la oxidación en los conductos internos.
- Más probabilidad de que surja un problema de seguridad.
Para minimizar estos efectos, es recomendable recurrir al empleo de aceites hidráulicos de calidad y llevar a cabo un riguroso plan de mantenimiento del sistema.
En LUFILSUR contamos con una amplia gama de aceites hidráulicos de alta calidad, desarrollados con la tecnología más avanzada, que dan respuesta a las necesidades de los sistemas hidráulicos actuales. Además, ofrecemos servicio de asesoramiento para que la lubricación sea la adecuada en función de las necesidades de cada mecanismo.
Si tienes dudas y quieres saber cuál es la mejor opción para tu sistema hidráulico, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. Estaremos encantados de ayudarte.