La calidad del agua puede influir en la funcionalidad de los lubricantes refrigerantes cuando los aplicamos en los procesos de mecanizado. Es importante tener en cuenta que en las emulsiones el contenido de agua es tan alto como el 90%, mientras que en las soluciones, el contenido de agua es del 95%.
Por este motivo, es fundamental que la calidad del agua cuente con unos requisitos mínimos. Y, ¿cuáles son estos valores indispensables? En la siguiente tabla recogemos estas exigencias de calidad para el agua potable y el agua de mezcla:
¡Ojo a la dureza del agua y el valor pH!
El valor pH y la dureza total del agua, que empleamos al trabajar con lubricantes refrigerantes, son dos aspectos que no podemos pasar por alto. Veamos el motivo.
Comencemos con la dureza del agua, un factor importante para conseguir que esta sea óptima para su empelo en el proceso de metales.
- Si el agua es demasiado dura, los componentes que le aportan dureza al agua pueden reaccionar con los emulsionantes aniónicos para formar compuestos poco solubles, conocidos como jabones de cal. Los jabones de cal provocan en ocasiones filtros obstruidos y depósitos en piezas y herramientas. Para evitar esta situación, es recomendable reponer las pérdidas de volumen en maquina con agua desionizada.
- Por su parte, el empleo de un agua para refrigerante demasiado blanda puede tener consecuencias negativas para las emulsiones, ya que promueve la formación de espuma.
- En casos de dureza de agua extremadamente baja de <5 ° d, será de gran ayuda la adición de un agua más dura. Cuando no sea posible, podremos añadir productos químicos endurecedores de agua que contenga Ca2 +. Este tratamiento solo es necesario con emulsiones nuevas, pues la dureza total de las emulsiones aumenta con el uso ya que los metales que mecanizamos aportan dureza al agua para emulsión.
En cuanto al valor del pH, cuando trabajamos con lubricantes refrigerantes tenemos que tener en cuenta que:
- Un valor de pH de 7 es óptimo y así el agua actuará como neutral.
- Por su parte, los valores de pH de hasta 9 todavía están permitidos, siempre que no haya otras razones para no usar este agua.
- El agua con un valor de pH <6 es inaceptable. Un pH tan bajo podría disminuir el valor de pH de la emulsión de refrigerante cuando se comienza a utilizar. Esto se traduce en una reducción de la protección contra la corrosión.
Nitrito/nitrato y cloruro en emulsiones usadas
Para las emulsiones en uso, los valores determinados más importantes a tener en cuenta son los siguientes:
- Nitrito = 20 ppm Nitrato = 50 ppm
El principio básico de uso es que las concentraciones de nitrito y nitrato deben ser tan bajas como sea posible. La calidad del agua potable cumple con estas exigencias. Según las directivas de la CE, el agua potable debe estar libre de nitritos y contenido de nitrato <5 ppm.
Además, se recomienda que nos aseguremos un bajo contenido de cloruro en el agua del grifo. Un valor demasiado alto provoca un efecto negativo en el comportamiento de protección contra la corrosión de los refrigerantes miscibles con agua.
Los gérmenes son dañinos
Por otra parte, el agua de mezcla no debe contener cargas microbianas. Los requisitos pueden equipararse a los que se aplican a la calidad del agua potable. Un valor apropiado es un máximo de 99 unidades formadoras de colonias por mililitro (ufc / ml).
También es recomendable que se verifique la conductividad eléctrica del agua a usar para saber el contenido de electrolitos. Esta verificación es importante, porque un valor demasiado alto tiene un efecto desestabilizador en las emulsiones. Incluso si no se puede establecer un valor límite exacto debido a influencias diferentes, los siguientes valores máximos aproximados serán un buen punto de referencia:
- En aplicaciones de mecanizado de metales: <1000 a 1500 μs / cm.
- En aplicaciones de deformación de metales: <50 a 75 μS / cm.
¿Cómo determinar la calidad del agua de mezcla?
La composición del agua de mezcla es un criterio importante al seleccionar un refrigerante miscible con agua. Como el agua de la red se utiliza a menudo para mezclar los concentrados de refrigerante, los valores exactos se pueden obtener del proveedor de agua local.
No obstante, los parámetros más importantes se pueden medir con suficiente precisión utilizando tiras reactivas o un potenciómetro de bolsillo. Estas herramientas pueden determinar el valor de pH y la conductividad del agua del grifo casi con la misma precisión que lo haría un laboratorio.
Cualquier carga microbiana potencial siempre se debe verificar en el laboratorio para estar absolutamente seguros de la calidad del agua que empleamos en los procesos de metales. Esta misma medida preventiva es recomendable seguirla en la detección cuantitativa de iones de cloruro.
Por tanto, es clave no descuidar todos estos aspectos porque, como puedes ver, la calidad del agua puede determinar la funcionalidad de los lubricantes refrigerantes en los procesos de mecanizado.