¿Influye el modo de almacenamiento de los lubricantes industriales en su vida útil? No descubrimos nada nuevo si decimos que los aceites y grasa industriales se deterioran con el tiempo. La buena noticia es que podemos ‘ralentizar’ este proceso, si seguimos una serie de directrices a la hora de almacenar y manipular estos productos.
Una vez que los lubricantes salen del ‘control de la fábrica’, las condiciones ambientales, la calidad de almacenamiento y el cuidado que tengamos en su uso son elementos que influyen en la conservación de los lubricantes.
Factores que afectan a la durabilidad de los lubricantes industriales
Condicionantes como la luz, la temperatura, el agua o la contaminación atmosférica afectan a la durabilidad de los aceites y grasas industriales. Por tanto, no podemos pasar por alto estos elementos, si queremos mantener en buen estado y por más tiempo nuestros productos.
La oxidación es un fenómeno que afecta a cualquier lubricante cuando entra en contacto con el aire, proceso que también perjudica a los productos almacenados. La formulación del lubricante determina el grado de oxidación y la fecha de caducidad, dado que los componentes influyen en la vida útil de los aceites y grasas industriales.
¿Cómo influyen estos componentes en la conservación de los lubricantes?
Aceite base: tanto los aceites minerales muy refinados como los hidrocarburos sintéticos prolongan más la vida útil de los lubricantes, que los aceites minerales menos refinados y los ésteres inorgánicos.
Aditivos: la presencia de aditivos antioxidantes y antiherrumbre (impiden que se formen óxido) incrementan el tiempo de almacenamiento de los lubricantes, mientras que los aditivos de extrema presión (EP) lo reducen.
Espesante o jabón: tanto los espesantes, como los jabones de las grasas pueden acelerar la degradación, limitando la durabilidad de estas.
¿Qué elementos afectan a la degradación de los lubricantes?
El modo de almacenamiento y las características ambientales condicionan, en muchos casos, la velocidad de ‘deterioro’ de los lubricantes, por eso es importante tener en cuenta una serie de factores que influyen en su degradación:
Temperatura: un aumento de 10°C de la temperatura recomendada para el almacenamiento del lubricante duplica la tasa de oxidación y esto reduce a la mitad la vida útil del aceite.
Exposición a la luz: la luz puede afectar al color y la apariencia de los lubricantes. Por este motivo, deben mantenerse en los recipientes originales, de metal o plástico, en los que han sido envasados.
Humedad: el agua representa una ‘amenaza’ para lo lubricantes, ya que puede provocar la reacción con algunos aditivos y causar el crecimiento microbiano en la zona de contacto del agua y el fluido. Es, por tanto, preferible el almacenamiento en lugares secos, en zonas interiores y evitar la presencia de agua que acelera la oxidación.
Entorno de almacenamiento: las condiciones ambientales del almacén también influyen en la conservación de los lubricantes:
- Las zonas con partículas contaminantes hay que evitarlas, sobre todo, cuando se trata productos que se han utilizado y se guardan para un uso futuro.
- El oxígeno y el dióxido de carbono pueden reaccionar con los lubricantes y afectar a su viscosidad y consistencia. Para protegerlos adecuadamente, es necesario mantener sellados los recipientes hasta que se vayan a utilizar.
Suponiendo que se cumplan las condiciones de almacenamiento óptimas, los períodos estimados de duración de los lubricantes son los siguientes:
- Aceites Base: más de 5 años.
- Aceites Lubricantes (minerales o sintéticos): 5 años.
- Grasas (minerales o sintéticas): entre 2 y 5 años.
Cómo almacenar lubricantes en zonas interiores
Teniendo en cuenta los condicionantes que afectan a la degradación de los aceites y grasas, los lubricantes se almacenan mejor en espacios interiores, donde no hay tantos cambios de temperatura.
¿Y si no hay suficiente espacio para guardar todos los envases? Entonces toca priorizar y esto significa dar preferencia a los envases pequeños, los que están abiertos y los lubricantes a los que les afecten las bajas temperaturas.
Tanto el frío como el calor inciden en la conservación del lubricante, por lo que hay que evitar tanto las altas, como las bajas temperaturas. Por ejemplo, las tuberías de vapor, los hornos o los calefactores son fuentes de calor interna, algo a tener en cuenta de cara a la degradación térmica o la volatilización de los disolventes.
En resumen, los lubricantes deben mantenerse secos en todo momento para evitar la corrosión de los envases y reservar la zona más cálida del almacén para los aceites de alta viscosidad.
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Cómo almacenar los lubricantes en el exterior
El almacenamiento exterior no es el más recomendado porque los bidones quedan expuestos a la lluvia, el sol, el polvo, el viento… No obstante, por tiempo limitado pueden mantenerse al aire libre, siempre que estén protegidos de temperaturas extremas (inferiores a 0º) y del agua.
Sin embargo, hay productos que no deben almacenarse nunca a la intemperie, tales como:
- Aceites Dieléctricos.
- Aceites de Refrigeración.
- Grasas.
- Aceites de corte puros con compuestos grasos que puedan solidificarse con el frío.
Generalmente, son los propios fabricantes de los lubricantes industriales los que marcan la caducidad de los productos que comercializan y el tiempo que es recomendable mantenerlos almacenados, tal y como se muestra en la siguiente tabla:
¿Qué hacer cuando se caduca el lubricante?
Que un lubricante supere su vida útil, no significa que el producto no se pueda utilizar, pero lo recomendable es hacer un análisis del producto para evaluar su posible deterioro y, por tanto, si es adecuado o no adecuado su uso.
