La producción industrial requiere de aire comprimido como medio de proceso y de control. Sin embargo, el aire atmosférico aspirado por el compresor contiene sustancias tóxicas, partículas contaminantes y humedad en forma de vapor de agua que se condensa en las tuberías del aire comprimido.
La presencia de agua en el sistema de aire comprimido representa una auténtica amenaza no solo para la aplicación y las instalaciones, sino también puede influir negativamente en la eficacia de las operaciones y la calidad del producto final.
Digamos que la humedad es ‘inevitable’ en el aire comprimido. Todo el aire contiene una cierta cantidad de vapor de agua. El volumen de agua que contiene el aire varía en función de la temperatura y la presión. A mayor temperatura, más cantidad de agua puede retener el aire.
La función del compresor del aire es la de ‘oprimir’ el aire en un volumen menor a alta presión. Cuando aspira aire, este se comprime aproximadamente 12 veces a la presión atmosférica normal. El aire presurizado no retiene tanta agua. A medida que aumenta la presión, el vapor de agua vuelve a condensarse en un líquido. El agua en el aire tiene que ir a alguna parte, por lo que forma un condensado dentro del sistema de compresión de aire.
La condensación es un problema para estos sistemas por lo que es fundamental eliminar el exceso de humedad. Su efecto puede dañar sistemas neumáticos, motores neumáticos y válvulas, así como poner en peligro a los componentes o máquinas conectados al sistema, siendo muy probable termine contaminando la red de procesamiento, la seguridad de los alimentos y la calidad del producto final.
El agua en un sistema de aire comprimido causa óxido. Este óxido se mezclará con el aceite del compresor o del sistema de lubricación y con las partículas de suciedad que se acumule. Este compuesto dará lugar a una masa adhesiva que puede taponar los circuitos y generar malos olores.
Por tanto, la condensación en el aire comprimido hay que tratarla, de lo contrario tendremos que prepararnos para afrontar sus graves consecuencias, tales como:
Corrosión del sistema de tuberías y equipos.
Oxidación y mayor desgaste de los equipos de producción por pérdida de lubricante.
Daños en los controles neumáticos que pueden provocar paradas innecesarias.
Problemas de calidad del producto final.
Provoca un mantenimiento excesivo del compresor de aire y reduce la vida útil de los equipos.
Además de estos inconvenientes, la humedad en el sistema de aire comprimido puede tener otros efectos nocivos en el aire de la planta, las válvulas, los cilindros o las herramientas neumáticas.
¿Cómo secar el aire comprimido?
Los contaminantes entran al vapor de aire a través de todos los puntos del proceso, por eso es importante mantener el sistema de aire comprimido limpio y seco, incluido el motor del compresor de aire, los tanques, las líneas, las válvulas y los componentes electrónicos.
De este modo, prolongaremos la vida útil sistema, evitaremos costes de mantenimiento excesivos e innecesarios y paradas imprevistas de la producción.
La selección del método de secado más adecuado dependerá de los requisitos específicos que deban cumplirse para que no se vean afectados ni el proceso, ni el producto final.
Por ejemplo, algunas aplicaciones como pintura, impresión o instrumentos accionados por aire son muy sensibles a la humedad en la corriente de aire comprimido. Por tanto, es muy probable que estas aplicaciones necesiten soluciones en varios puntos para poder eliminar la mayor cantidad de agua posible del aire.
Sin embargo, para otras aplicaciones basta con drenar el exceso de agua del tanque receptor y las líneas de manera regular, dado que la presencia de agua no les afecta tanto.
Por tanto, a la hora de buscar una solución habrá que tener en cuenta factores como el uso de su sistema, las condiciones atmosféricas y ambientales y el entorno interior en el que opera.
Procesos de secado de la humedad del aire comprimido
En general, uno de los primeros pasos para eliminar la humedad del aire comprimido se hace en el compresor, ya que el separador de humedad puede llegar a deshacerse del 40-60 % del agua vaporizada.
Cuando el agua sale del aire comprimido hay que evitar que esta se acumule y, por tanto, el empleo de un depósito de aire también puede ayudar a reducir el contenido de agua en el aire comprimido. No hay que olvidar que este depósito recoge el exceso de humedad, lo que significa que debe vaciarse a diario para evitar la corrosión y el desgaste excesivo.
Si la aplicación exige una mayor extracción de humedad, hay que tener en cuenta los secadores de aire, elegir el tamaño adecuado para cada sistema evitará la acumulación de agua en las tuberías.
Encontrar la solución industrial más adecuada para cada instalación no es fácil, requiere realizar unos estudios previos y un análisis de las causas de los principales problemas, además de tener presente el sector industrial al que va a hacer frente el sistema de aire comprimido.
Como podemos comprobar, tratar la condensación en el aire comprimido es importante. El mantenimiento adecuado y el uso de secadores de aire ayudan a eliminar la humedad del aire y prolongar la vida útil de su sistema.