¿Es posible utilizar un aceite de motor con el que ahorrar combustible? Sí y los motores de los vehículos también están preparado para ello. Los fabricantes de lubricantes desarrollan productos que se ajustan a la normativa del momento, pero además repercuten positivamente en el bolsillo del usuario.
La constante evolución en el diseño y fabricación de los motores, junto a los requisitos medioambientales que estos deben cumplir, ponen a prueba cada vez más a los fabricantes de aceites de motor.
Ahorrar combustible, prolongar la vida del motor o reducir las emisiones… son algunos de los retos de los nuevos motores y de los aceites empleados en su lubricación. De esta forma, deben reducir los niveles de fricción entre las piezas del propulsor y crear una película de aceite que alarga su vida útil.
Esto implica una mejora tanto en la composición, como en la especialización de los lubricantes, según el combustible y las capacidades mecánicas de los motores para los que son diseñados.
Aceites de motor, ¿qué condiciones tienen?
La creciente demanda de vehículos híbridos y eléctricos, gracias a los ahorros de combustibles, y las exigencias medioambientales a los motores diésel con menores emisiones de CO2, son beneficios económicos de peso para los usuarios.
Estos condicionantes junto a los nuevos hábitos de conducción o el aumento del tráfico requieren una evolución constante de los aceites de motor para conseguir un mayor rendimiento, fiabilidad, protección y compromiso medioambiental.
De esta forma, los principales desafíos a los que el aceite de motor debe hacer frente son:
- Trayectos cortos. La conducción en este tipo de trayectos provoca un problema de temperatura, al impedir alcanzar una temperatura óptima de funcionamiento, la regeneración de los filtros de partículas y la evaporación del agua condensada en el aceite. Esto provoca obstrucciones en los filtros de partículas y también un problema en la lubricación de las piezas.
- Aumento del uso del start-stop. Como vía de ahorro de combustible, el motor arranca y para dependiendo de la densidad del tráfico. Esta situación implica un esfuerzo adicional del motor y del lubricante y agrava el problema de temperatura y falta de lubricación. A ello se suman otras consecuencias como posible acumulación de lodos, probabilidad de corrosión, oxidación y desgaste. Todo esto provoca la reducción de vida útil tanto del motor como del lubricante.
Evolución y mejoras de los aceites de motor
Todos estos retos se traducen en mejoras constantes para que los aceites de motor puedan cumplir con las expectativas cuanto a consumo y rentabilidad:
- Frente al desgaste. Los nuevos aceites de motor junto a los aditivos que contienen ofrecen hasta un 75% de mejora en la protección frente al desgaste en comparación con las especificaciones anteriores de ACEA. Estos nuevos aceites emplean aditivos químicos que cumplen con las nuevas normativas europeas (REACH), y que tienen como objetivo proteger la salud de las personas y también el medio ambiente.
- Mejoras contra el envejecimiento. Los nuevos desarrollos implican una mejora de la estabilidad de envejecimiento (oxidación) del aceite de motor en comparación con los límites de ACEA o con los lubricantes tradicionales.
- Tolerancia al agua. El agua condesada en el aceite es un problema, pues evita que el motor coja la temperatura deseada en el tiempo estimado e impide que se evapore, mermando su estabilidad química y su capacidad principal de lubricación. Este problema se soluciona con los nuevos lubricantes de motor.
- Viscosidad óptima. Como los motores tienen unas cilindradas cada vez más pequeñas, pero son también cada vez más potentes, las viscosidades han de ser más bajas en caliente y en frío. Bajar la viscosidad es esencial para reducir el consumo y, por lo tanto, las emisiones contaminantes. Sin embargo, para los fabricantes de lubricante es clave mantener una volatilidad baja que evite el consumo excesivo de aceite y conseguir que esto no acorte la vida útil de los elementos que entran en contacto con el lubricante.
- Respeto medioambiental. Los nuevos lubricantes son productos bajos en cenizas (Low SAP), compatibles con los nuevos sistemas de tratamiento de los gases de escape.
- Fácil adaptación. Los nuevos motores se fabrican con DLC, polímeros y otros materiales. Por este motivo, los lubricantes deben adaptarse a estos tipos de superficies.
Los nuevos aceites de motor centran sus mejoras en tres aspectos prioritarios: estabilidad ante el envejecimiento y control de lodos; protección ante desgaste; y estabilidad química (con mayor tolerancia al agua, capacidad anticorrosiva y capacidad de lubricación a baja temperatura).
Aceites de motor para vehículos eléctricos
Por su parte, los lubricantes empleados en los motores eléctricos no pueden ser conductores, y han de ser compatibles con los materiales de fabricación (con alta presencia de cobre, plásticos y recubrimientos).
Asimismo, las altas temperaturas a las que se ven sometidos los lubricantes en los motores eléctricos, pueden provocar la aceleración del envejecimiento del aceite, aumentando la conductividad poniendo en riesgo a retenes y rodamientos.
Por ello, los aceites de motor para vehículos eléctricos destacan por su capacidad para la resistencia eléctrica, su conductividad térmica y una mayor compatibilidad con metales y recubrimientos.
La especialización es cada vez más un requisito en la fabricación de aceites de motor optimizados para las nuevas exigencias ambientales y tecnológicas del mercado.
En LUFILSUR, comercializamos y distribuimos este tipo de aceites de motor y, además, ofrecemos asesoramiento técnico integral. Tenemos presencia directa en Sevilla, Córdoba, Huelva y Cádiz con distribución en Andalucía y Extremadura.
Contacta con nosotros si tienes interés en estos productos o servicios, te ayudaremos a encontrar las mejores opciones de lubricación para tu motor.