¿Es posible prevenir la contaminación por agua en lubricantes? La respuesta no es solo afirmativa, sino que también es fundamental. Por norma general y salvo aplicaciones muy concretas como el mecanizado de metales, la presencia de agua en un circuito o depósito de aceite de una máquina no es un buen aliado.
El agua en lubricantes no solo tiene malos efectos sobre los componentes de la máquina, sino que también juega un papel directo acelerando el envejecimiento del aceite lubricante con el que trabajamos. Por tanto, prevenir la contaminación por agua en lubricantes es un factor a tener en cuenta en la labores de mantenimiento de los equipos.
¿Cómo se origina la contaminación por agua en lubricantes?
La contaminación por agua en lubricantes puede originarse de diferentes maneras:
- Agua Disuelta: todos los aceites tienen algún contenido de agua disuelta dentro de niveles normales. El aceite se muestra brillante y claro y es difícil separar sin utilizar procesos especiales.
- Agua Libre: aquellas gotas grandes que se asientan rápidamente y permanecen en el nivel bajo del aceite.
- Suspendida: gotas de agua que permanecen en suspensión, dando al aceite una apariencia brumosa. En estas situaciones el agua puede separarse o ser removida por filtración.
- Agua emulsificada: cuando encontramos pequeñas gotas dispersadas en el aceite. El agua suspendida dará al aceite una apariencia lechosa y es difícil eliminarse.
En ocasiones, podemos comprobar cómo el aceite de nuestro circuito hidráulico se ha “enlechecido” o ha tomado un tono de color parecido al chocolate. Esto es la prueba evidente de la entrada de agua en el depósito y por lo tanto en el circuito.
Principales efectos del agua en lubricantes
La presencia de agua en lubricantes puede acelerar el envejecimiento del aceite hasta 10 veces, sobre todo cuando hay catalizadores como los metales amarillos (bronce, cobre, latón, etc.).
El agua también puede alterar de forma drástica algunas bases de origen del lubricante, reaccionando químicamente destruyendo al aceite base en sí y transformándose en ácidos, así como a ciertos aditivos que contienen azufre del tipo EP, anti-desgastes y antioxidantes que son fácilmente hidrolizados, provocando la formación de ácidos.
Estos subproductos ácidos son altamente corrosivos y atacan a los metales amarillos que se encuentran en diferentes componentes.
Otros efectos derivados de la existencia de agua en los lubricantes son:
- Desgaste excesivo debido a la disminución de la capacidad de lubricación.
- Obstrucción de filtro prematura. En ocasiones podemos emplear aditivos del tipo dispersantes, detergentes o inhibidores que pueden ser lavados por el agua, pero que al verse alterados en su composición dejan de actuar para lo que estaban diseñados. Esta situación provoca en los sistemas y depósitos una acumulación de lodos que no sólo obstruyen los filtros, sino que también provoca reducción de caudal, aumento de presión, etc.
- La oxidación prematura de los lubricantes.
- El agotamiento de los aditivos de aceite, con un incremento de la viscosidad.
Mantenimiento efectivo de lubricantes
Como hemos visto, el agua en cualquier forma, tendrá un efecto negativo en los lubricantes y en los componentes de las máquinas. Aunque algunos lubricantes pueden estar aditivados para ralentizar los efectos del agua, esa opción no es la solución, y sólo nos hará ganar un poco de tiempo.
La eliminación de la contaminación por exceso de agua se puede abordar a través de distintas prácticas como filtración con filtros absorbentes, deshidratación al vacío con calor, centrifugación o asentamiento por gravedad. Junto a ellas es fundamental la limpieza del depósito y el mantenimiento de los equipos.
En la mayoría de aplicaciones y sea cual sea el lubricante que se emplee, lo mejor para prevenir la contaminación por agua en lubricantes es evitar la entrada de agua en la máquina.
Desde LUFILSUR indicamos que esta precaución es la mejor política de mantenimiento y ningún lubricante hace milagros ante determinadas situaciones.