Color del aceite de refrigeración, ¿por qué debes controlarlo?

El color del aceite es uno de los parámetros más accesibles y reveladores para controlar el estado de los aceites de refrigeración. Aunque no afecta directamente al rendimiento, cambios inesperados en el color pueden indicar problemas potenciales, como degradación térmica o contaminación.

En mantenimiento industrial, hacer un seguimiento del estado de los aceites de refrigeración es fundamental para garantizar el correcto funcionamiento de los equipos y evitar averías costosas.

La norma DIN ISO 2049 establece un sistema estandarizado para clasificar el color de los aceites minerales. Este método, ampliamente utilizado en la industria, permite evaluar visualmente el aceite y detectar alteraciones que podrían comprometer su eficacia.

Comprender qué significa cada cambio en el color y cómo interpretarlo es importante para tomar decisiones informadas en el mantenimiento preventivo.

¿Qué es la norma DIN ISO 2049?

La norma DIN ISO 2049 especifica un método de evaluación del color de aceites lubricantes, aceites de refrigeración y otros derivados del petróleo. Este estándar utiliza una escala que va del código 0 al 5, donde:

• 0: cristalino o incoloro.
• 1: ligeramente amarillo.
• 2: amarillo dorado.
• 3: amarillo oscuro.
• 4: marrón claro.
• 5: marrón oscuro.

La determinación del color se realiza con un comparador visual o mediante dispositivos automáticos que miden la transparencia y el matiz del aceite. Este procedimiento es sencillo, pero proporciona información valiosa sobre el estado del fluido.

¿Por qué cambia el color del aceite de refrigeración?

En condiciones normales, los aceites de refrigeración tienen un color estable acorde a su formulación. Sin embargo, varios factores pueden provocar cambios de color que requieren atención:

Oxidación: la exposición prolongada al oxígeno y al calor genera productos de oxidación que oscurecen el aceite. Este fenómeno es común en sistemas con alta temperatura o ventilación inadecuada.

Contaminación por partículas: residuos metálicos, polvo o agentes externos pueden oscurecer el aceite y reducir su eficacia lubricante.

Degradación térmica: temperaturas extremas descomponen los aditivos del aceite, alterando su color y sus propiedades fisicoquímicas.

Presencia de agua: la emulsión con agua genera un aspecto lechoso o turbio. Este problema suele surgir en entornos húmedos o por fugas en los intercambiadores de calor.

Reacciones químicas: la interacción con otros productos químicos o contaminantes puede provocar cambios de color inesperados.

Interpretación de los cambios de color del aceite: cuándo actuar

Un cambio de color del aceite no siempre implica un fallo inmediato, pero es una señal que no debe ignorarse. A continuación, detallamos algunas situaciones comunes que puedes encontrar y las acciones recomendadas:

• De cristalino a amarillo oscuro: posible inicio de oxidación. Es aconsejable realizar un análisis de acidez (TAN) y revisar la temperatura de operación.
• De amarillo a marrón oscuro: indicativo de degradación severa o contaminación. Se recomienda un análisis completo del aceite (viscosidad, TAN y contenido de metales).
• Aspecto turbio o lechoso: probable contaminación por agua. Es urgente identificar y reparar la fuente de entrada de agua y considerar el cambio de aceite.

¿Qué puedes hacer para controlar el color del aceite?

• Monitoreo regular: realiza inspecciones visuales periódicas y anota cualquier variación del color. Esto permite detectar anomalías en una fase temprana.
• Análisis de laboratorio: complementa las observaciones visuales con análisis químicos (TAN, viscosidad, contenido de agua). Estos estudios ayudan a encontrar el origen del cambio de color.
• Condiciones de operación: controla la temperatura y minimiza la exposición al aire para reducir la oxidación.
• Filtración adecuada: utiliza sistemas de filtrado de alta eficiencia para eliminar partículas contaminantes.

Como puedes ver, según la norma DIN ISO 2049, el color del aceite de refrigeración es un indicador sencillo, pero muy útil para evaluar su estado. Aunque un cambio de color no es determinante por sí solo, puede ser la primera señal de oxidación, contaminación o degradación térmica.

Un programa de mantenimiento que incluya el seguimiento del color, junto con análisis químicos regulares, mejora la fiabilidad de los equipos y optimiza los costes operativos. Detectar a tiempo un aceite deteriorado no solo prolonga la vida útil de los componentes, sino que también evita paradas no programadas y reduce las averías.

En definitiva, observar el color del aceite va a más allá de una simple revisión ocular, este control puede ser esencial para llevar a cabo un mantenimiento industrial eficaz.

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