Si alguna vez has abierto un recipiente de grasa y has encontrado un charco de aceite libre, seguramente te ha surgido la duda de si la grasa es apta o no para su uso. El caso descrito se denomina sangrado estático de la grasa, un proceso natural con el que hay que tener cuidado.
Se trata de un fenómeno común en las grasas lubricantes industriales, en el que los aceites bases y los aditivos tienden a separarse cuando la grasa se encuentra en reposo, es decir, cuando no está en movimiento o carga. Suele ocurrir durante el almacenamiento o la inactividad prolongada.
Esto puede resultar en una separación de la grasa y la liberación de líquidos o aceites, afectando a la consistencia y, en última instancia, la capacidad de la grasa para proporcionar una lubricación eficiente.
¿Qué factores influyen en el sangrado estático de la grasa?
Y, ¿por qué sucede esto? La razón principal detrás del sangrado estático es la estructura química de la grasa. Las grasas son sistemas complejos de dispersiones sólidas, líquidas y gaseosas. Los componentes líquidos de la grasa tienden a filtrarse y acumularse en la superficie, mientras que los componentes sólidos se mantienen en el interior.
Entre los factores que influyen en el sangrado estático se incluyen:
La composición de la grasa: aquellas que contienen más aceite base son más propensas al sangrado estático que las que contienen menos.
La temperatura: el sangrado estático es más probable a temperaturas elevadas.
El paso del tiempo: la probabilidad de que ocurra este fenómeno aumenta con el paso del tiempo.
El sangrado estático no suele ser un problema en las aplicaciones donde la grasa está en movimiento constante. Sin embargo, las consecuencias pueden ser significativas y perjudiciales para el rendimiento de aquellas aplicaciones en las que el producto está en reposo durante largos períodos de tiempo.
Algunas maneras en las que el sangrado estático de la grasa puede afectar son:
Pérdida de lubricación: puede llevar a una disminución de la viscosidad de la grasa, lo que deriva en una lubricación ineficaz. Esto puede provocar un aumento en la fricción y el desgaste prematuro de los componentes, reduciendo la vida útil de la maquinaria.
Contaminación del entorno: los líquidos liberados por el sangrado estático pueden afectar negativamente otros componentes y sistemas. Podrían entrar en contacto con superficies sensibles o incluso mezclarse con otros fluidos utilizados en las operaciones. Esto puede llevar a la contaminación de los sistemas y afectar su rendimiento.
Reducción del espesor de la película entre las superficies de fricción, lo que provoca una menor protección contra la fricción y el desgaste. Esto puede conducir a un aumento en la temperatura, mayor consumo de energía y fallos prematuras del equipo.
Cómo prevenir y controlar el sangrado estático
Afortunadamente, existen medidas preventivas y de control que ayudan a evitar los problemas asociados al sangrado estático de la grasa, tales como:
Selección adecuada de la grasa lubricante: optar siempre por grasas industriales de alta calidad que tengan una menor tendencia al sangrado estático. Los lubricantes formulados con aditivos especiales pueden minimizar la separación de líquidos y sólidos, ofreciendo un mejor rendimiento en aplicaciones industriales.
Almacenamiento adecuado: almacenar el producto en un lugar fresco y seco para reducir la posibilidad de sangrado estático. También es importante mantener los recipientes bien sellados y etiquetados correctamente para evitar la contaminación y la pérdida de propiedades.
Rotación y agitación: siempre que sea posible, es recomendable realizar rotaciones periódicas y agitar las grasas almacenadas. Este movimiento ayudará a mantener la homogeneidad y evitará la acumulación de líquidos en la superficie.
Por tanto, si observas sangrado estático de la grasa, es importante tomar medidas para corregir el problema. Esto ayudará a minimizar su impacto en el rendimiento de los equipos.
