Cuando vamos quitando las últimas hojas del calendario, solemos hacer balance de cómo ha ido el año que termina y hacer cábalas sobre lo que nos espera para el que estamos a punto de comenzar. En esta ocasión, he decidido hacer este ejercicio en voz alta y compartir con vosotros y vosotras cómo pienso que va a ser 2023 para los sectores industriales a los que dirijo mi actividad profesional.
Desde mi punto de vista, se presenta un año con varias incógnitas. La falta de materias primas, que venimos arrastrando, aún persiste en algunos aditivos y esto está afectando a la fabricación de determinados productos. En cuanto a los problemas de logística internacional, algunas tensiones continúan, por lo que habrá que solucionar estos inconvenientes y ajustar la oferta y la demanda para acabar con los problemas de abastecimiento.
Por otro lado, si durante 2023 continúa la subida generalizada de los tipos de interés (encareciendo el precio del dinero), esto no facilitará nuevas inversiones en el sector privado, ni permitirá sobrevivir a aquellas empresas que arrastren problemas económicos.
En la otra cara de la moneda encontramos a sectores que han comenzado a despegar como es el aeronáutico, nunca mejor dicho. Pienso que crecerá bastante y, en general, todas las industrias vinculadas con el transporte tanto marítimo, como ferroviario o por carretera. La falta de medios que padece la logística y el proceso de renovación en el que está inmerso, creo que puede ser una buena oportunidad de crecimiento para el transporte.
Otros sectores que tienen que seguir prosperando son el agrícola y la industria alimentaria, aunque uno con más problemas que otro. La crisis climática que ya viene padeciendo la agricultura, seguirá dándonos dolores de cabeza durante 2023. Por otro lado, pienso que el sector alimenticio continuará manteniendo un crecimiento sostenido, gracias a la demanda de alimentos que seguirá en auge. Además, España debe continuar manteniendo su posición en el mercado europeo, aprovechando la situación y experiencia en el sector agroalimentario.
Soluciones más seguras y eficientes
Este nuevo año, que vamos a inaugurar, también será un periodo de retos para muchas áreas industriales, que deben apostar sí o sí por la seguridad. Es el caso del metalworking, un sector que tendrá que hacer frente a las restricciones legales sobre el uso de algunos productos químicos en sus formulaciones y contar con lubricantes que ofrezcan más seguridad laboral, al tiempo que garanticen igual o mayor rendimiento mecánico.
La industria agroalimentaria también debe seguir siendo persistente en materia de seguridad alimentaria, un factor que debe tenerse en cuenta a la hora de elegir los productos para los procesos y mantenimiento de la maquinaria.
El sector energético tiene por delante otro desafío importante, el de convertirse en el motor de tracción de la economía, desde la ingeniería, el I+D+i, hasta la ejecución de proyectos. Desde mi punto de vista, este sector debe adquirir un papel más relevante y erigirse como uno de los impulsores clave de nuestra economía, sobre todo teniendo en cuenta los problemas energéticos que estamos padeciendo en los últimos meses. En este sentido, la investigación y la ingeniería deben emplearse a fondo y poner remedio a estos problemas con soluciones eficientes y sostenibles.
Este es boceto que creo tomará forma durante 2023. Un año que espero sea más estable y que puede traernos gratas noticias como ajustes a la baja en los precios de los lubricantes, más solidez en el abastecimiento de suministros y la llegada de nuevos productos que incrementen la seguridad alimentaria y laboral.
Desde mi punto de vista, la seguridad debe seguir siendo una apuesta irrenunciable. En este sentido, el mercado ya está dando respuestas gracias, por ejemplo, a la tecnología sintética que permite la fabricación de lubricantes y filtros más seguros y eficientes.
Hola, 2023. Estamos preparados.
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